Fuck me pumps

Ayer vi a una chica bailando. Bailaba una canción ochentera como si fuera la última cosa que haría en su vida. Energía pura por todos lados. Y contagiaba.

Luego fui al baño. Baño de mujeres atestado, desbordante de miradas al espejo, de acomodo de ropa, de “huevona apúrate” “osea estaba malasa por este huevon” “I love your country”. Parecía la ilustración de un libro que podría llamarse “estereotipos femeninos sobre la vanidad”. Pocas veces me había sentido tan fuera de lugar.

Regresé pensando en que no me llevo bien con otras mujeres. O, corrección, con las mujeres como ellas. Continúe en lo mío: vaso de plástico, chela, ligarme a la música y una que otra broma. Curioso lo distinta que estaba yo hace unos días en ese mismo lugar, sintiéndome mejor y a gusto rodeada de gente que conocía.

De pronto me daba sueño. Sueño y era temprano. Ya no intentaba establecer algún contacto esporádico y eterno por esa noche, con hombres o mujeres que me atrajeran. Y eso que habían muchos (y muchas). Pero faltaba ese ímpetu, esas ganas de ligarme a alguien como si fuera la última cosa que haría en mi vida. Por el contrario, mi plan inmediato era irme y dormir. Aguanté un poco más, me dio el ánimo para conversar y reír. Hasta bailaba, pero empecé a quedarme dormida en el hombro de un amigo. Hora de partir. Pero antes, una última visita al baño.

Esta vez menos atestado, esta vez menos molesto, o será que me importaba menos y sabía que la noche acababa. Me despedí de todos, de todos aquellos que se divertían, que vivían su noche como una de las últimas y, con un poco de envidia, me puse a caminar.

ps: titulo es una cancion de mi querida y amada amy, album frank