Llego al edificio de una amiga y toco el intercomunicador. Antes de que pudiera contestarme, una mujer, que está a punto de entrar, detiene la puerta y sonriendo me dice: pasa. Caminamos en paralelo al ascensor, mostrando ella cierta cortesía común de señoras con ganas de conversar.
- Yo voy al tercero, a qué piso vas?- ella
- Al cuarto- yo
Pensando que el clima sería un tema de conversación adecuado para tres pisos digo:
- hace frío no? (mientras hacía un ademán), a esta hora una ya comien..
-Eres soltera no? -ella
- .... - sorprendida
- Soltera no hijita? - ella
- Si
- Disfruta tu soltería hija. Disfrútala. Disfrútala mucho. Pero siempre respetando a dios.
La puerta del ascensor se abre. Ella sonríe y se va.
agosto 30, 2009
agosto 24, 2009
Lo que quiero es...
Al parecer se me escapa tu nombre. Sin querer dibujo una inicial que es la tuya. Asoma por lo bajo, pero en verdad es lo que quiero?
Los recuerdos ya no tienen el mismo impacto en mi deseo. Tu cuerpo se ha vuelto algo borroso a mis sentidos. Tus manos son fantasmas que han dejado de visitarme. Nuestras primeras veces parecen inexistentes. De alguna manera lo fueron, no crees?.
Lo que quisiera es tener una charla contigo. Un remenber contigo. Sentir el deseo en tus ojos antes de que aterrice en mi piel. Recibir tus llamadas de voces roncas y sonrisas silenciosas.
A ver si la próxima vez que te encuentre me acerco y nos dejamos de huevadas.
Los recuerdos ya no tienen el mismo impacto en mi deseo. Tu cuerpo se ha vuelto algo borroso a mis sentidos. Tus manos son fantasmas que han dejado de visitarme. Nuestras primeras veces parecen inexistentes. De alguna manera lo fueron, no crees?.
Lo que quisiera es tener una charla contigo. Un remenber contigo. Sentir el deseo en tus ojos antes de que aterrice en mi piel. Recibir tus llamadas de voces roncas y sonrisas silenciosas.
A ver si la próxima vez que te encuentre me acerco y nos dejamos de huevadas.
agosto 17, 2009
Never an honest word
Muchas veces siento que mis palabras no te llegan. No me malinterpretes, probablemente sea efecto mío, no tuyo. Pero es curioso como en ti, precisamente en ti, eso parece replicarse. Igual, estoy siendo injusta. Sé que has intentado acercarte a mí. Sé que me has dado todo el espacio del mundo. Sé que has respetado mis silencios. Sé que soportar mi mal humor es una tarea muy trabajosa. Siempre te has despedido de mí cariñosamente, mucho más las veces que me has visto llorar.
Se nota genuina tu confianza en mi futuro. Mis esfuerzos por alejar(te)me no son duraderos. Debe ser porque, muy en el fondo, aun tengo esperanza en esto. En que llegue el día y deje de patear los temas, tableros o cualquier cosa que sugiera un intento de cercanía. No te lo dije hoy, pero toda la semana estuvo en mi mente esa frase que soltaste, como quien señala algo evidente. Solo que nunca lo habían dicho así, con esa sensación de fastidio? sorpresa? cansancio? desazón?. Mala suerte que no me alcanzó el tiempo para preguntarte, ni la valentía pero ese es un ingrediente secundario. “Si pudieras, se te erizaría la piel cada vez que alguien intentase acercarse a ti”.
Salí de prisa hoy. “Nunca he hablado de verdad contigo” pensé. Y cerré la puerta.
agosto 05, 2009
Yo soy la mujer de mi vida
No recuerdo donde leí aquello de “yo soy la mujer de mi vida”. Casi como un reflejo, tomé mi lápiz favorito y lo escribí en la pared junto a mi cama, justo debajo de “leer Foucault, Pichon Riviere” y “trabajar en mi universidad”. Me falta Pichon. En cuanto a ser la mujer de mi vida, estoy tratando. La identidad es un tema central para mi y agradezco que lo sea. No tolero, casi me indigna observar como algunas personas no cuestionan ni un poco todo el patrón que la sociedad lanza para fabricar, en algunos temas, ovejas lo mas parecidas una de las otras. Dolys contemporáneas si se quiere. Me da pena, me entristece que las mentes no aprecien una propuesta creada por un ser humano especifico, con la valentía que requiere nadar contra la corriente. Como el salmón.
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En fin, no me quiero poner “densa” pero sigamos. La música ayuda. Sigo pensando en el salmón, a pesar de estar escuchando a bob dylan. Yo me siento orgullosa, no se ustedes, de seguir siempre la misma dirección, la difícil, la que usa el salmón. Creo que es la única forma de parirse a una misma no? Ese es tal vez, el momento de nuestro nacimiento definitivo: aquel que, con esfuerzo y hartas experiencias, logramos cada uno.
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Mi rey está poniéndose madurito. Quien? Pues mi perro. Mi perro es como mi hijo, realmente. Y siento una tristeza enorme de ver los primeros signos de la vejez en él. No me importa si algunos no pueden comprender tanto amor a un perro, pero así es. Es más difícil tenerle amor a un ser que nos e parece a uno, así que los que aman a los animales tienen, para mí, dos estrellitas extras.
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Somos un instrumento dotado de muchas cuerdas, pero generalmente nos morimos sin que hayan sido pulsadas todas. Así, nunca sabremos qué música era la que guardábamos. Nos faltó el amor, la amistad, el viaje, el libro, la ciudad capaz de hacer vibrar la polifonía en nosotros oculta. Dimos siempre la misma nota. Prosas apátridas- Julio Ramón Ribeyro
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Tengo muchas cosas atascadas en la mente.
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En fin, no me quiero poner “densa” pero sigamos. La música ayuda. Sigo pensando en el salmón, a pesar de estar escuchando a bob dylan. Yo me siento orgullosa, no se ustedes, de seguir siempre la misma dirección, la difícil, la que usa el salmón. Creo que es la única forma de parirse a una misma no? Ese es tal vez, el momento de nuestro nacimiento definitivo: aquel que, con esfuerzo y hartas experiencias, logramos cada uno.
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Mi rey está poniéndose madurito. Quien? Pues mi perro. Mi perro es como mi hijo, realmente. Y siento una tristeza enorme de ver los primeros signos de la vejez en él. No me importa si algunos no pueden comprender tanto amor a un perro, pero así es. Es más difícil tenerle amor a un ser que nos e parece a uno, así que los que aman a los animales tienen, para mí, dos estrellitas extras.
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Somos un instrumento dotado de muchas cuerdas, pero generalmente nos morimos sin que hayan sido pulsadas todas. Así, nunca sabremos qué música era la que guardábamos. Nos faltó el amor, la amistad, el viaje, el libro, la ciudad capaz de hacer vibrar la polifonía en nosotros oculta. Dimos siempre la misma nota. Prosas apátridas- Julio Ramón Ribeyro
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Tengo muchas cosas atascadas en la mente.
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